VERSÍCULO:
"El conocimiento envanece, pero el amor edifica" I Cor 8:1
Palabras Implicadas: (Referencias numéricas estándar en Concordancias)
La raíz griega “gnosis” (1108) empleada aquí en la palabra conocimiento, proviene del verbo “Ginösko” (1097) que se traduce normalmente como: conocer, entender y saber; la palabra misma se traduce indistintamente en el Nuevo Testamento como conocimiento o ciencia. En este contexto se entiende al cuerpo de conocimiento humano como “ciencia” y se aplica en general a todo lo que el hombre conoce, entiende y sabe bien sea de él mismo o de su entorno.
La palabra “envanecer” viene del griego “Phusioö” (5448)que se traduce como hinchar, ensanchar o envanecer; que a su vez proviene de la palabra “Phusis” (5449) que se traduce como natural o naturaleza y cuya raíz es la palabra “Phuö” (5453) que se trata del verbo nacer o brotar.
La palabra amor aquí empleada es “Agapë” (26) que a su vez proviene del verbo “Agapaö” (25) que se traduce como amar; y sin entrar a un estudio profundo de las palabras empleadas para amar en la Biblia, diremos que este término se ubica directamente como aquello que proviene del amor de Dios.
Literalmente la palabra edificar proviene del griego “Oikodomeö” (3618) que se refiere al verbo edificar, proveniente de la palabra “Oikodomë” que se refiere a edificios, y a su vez proveniente de dos palabras: “Oikos” (3624) refiriéndose a casa y “Döma” (1430) que se traduce como azotea o terrado de la casa.
Sentido del texto:
El conocimiento en este contexto bíblico no es malo o demoniaco, pero efectivamente puede exaltar los sentidos (Col 2:18) en la mente, y hacernos pensar que somos o valemos más por lo que sabemos; esto es envanecer. Sin embargo solo el amor que proviene de Dios puede ayudar a edificar o construir sobre algo más sólido y de lo que no podemos jactarnos.
Todo es lícito para el cristiano PERO no todo edifica (1 Cor 10:23), y menos en lo que tiene que ver en las relaciones de unos con otros (1 Tes 5:11). Hay cosas que solo edifican a uno mismo (1 Cor 8:17). Edificar en este contexto espiritual habla de poder cimientos sólidos (Mt 7:24) sobre la base más sólida de todas: EL AMOR DE DIOS.
El conocimiento o “ciencia” tiene que ver en este contexto con todo el conocimiento o saber humano actual, que sien embargo NO es superior al amor (1 Cor 13:8) y que por tanto acabará por no ser algo de valor eterno, como sucederá con los dones que si bien hoy son fundamentales, no así en el contexto de lo eterno. También esta ciencia o conocimiento se refiere al terreno de Dios mismo (Ro 11:33), terreno que la Biblia recomienda como mejor inversión que el mero conocimiento humano.
Lo que es cierto del conocimiento, es que nunca termina porque la curiosidad del hombre no tiene límites (Ecl 8:1) y crea un ciclo sin final (Ecl 1:18) que solo aumenta la angustia y el sufrimiento. Ya es malo saber que un cáncer puede acabar con nuestra vida, pero es pésimo conocer el detalle de cómo lo hará y además no brinda ninguna solución al problema; mientras tanto si aplicamos el amor de Dios en la situación es posible que salgamos animados, fortalecidos y queramos apoyar a otros con la misma problemática. Claro que el conocimiento puede ayudar a los científicos a buscar soluciones mejores, quienes además reconocen que no lo saben todo al respecto.
La búsqueda del conocimiento, como dice el predicador (Ecle 1:17) es como correr tras el viento, que nos lleva a la ilusión (1 Cor 8:2,3) de pensar que lo sabemos todo, cuando no hay nadie que lo sepa todo; y el saber más, aún de Dios, no sirve para acercarnos a él. Dios nos llega a conocer por el amor que le tenemos y NO por lo mucho o poco que sepamos de él; hay que tomar en cuenta que si no sabemos todo en este mundo, ¿podremos saber todo en cuanto a Dios?
En este sentido Dios conoce hasta nuestros pensamientos (1 Cor 3:20), ¿Podremos nosotros jactarnos de conocerlo mejor o hasta de conocer todos sus pensamientos?
Definitivamente el conocimiento puede ser bien o mal usado por el hombre, pero el amor de Dios no tiene esta doble vía, porque no contiene nada malo y ayuda en la construcción de nuestras personas, de nuestras relaciones y de nuestro futuro eterno a su lado. Por esto no se trata de desechar el conocimiento, sino de darle su justa dimensión, en la perspectiva de lo eterno: SOLO EL AMOR EDIFICA…..
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